La Extraña Ciencia del Mutualismo
El Gobio Camarón y el Camarón Ciego
Artículo por Cathryn Castle Garcia
Una de las relaciones más entrañables que tienen lugar en el fondo marino es la que existe entre un pez llamado gobio camarón y su compañero, el camarón “ciego” excavador.
El camarón ciego también es conocido como camarón pistola. No es totalmente ciego, pero no ve lo suficientemente bien como para evitar a los depredadores. Cava una madriguera profunda en la arena, que utiliza como refugio del peligro. El camarón invita al gobio a ser compañero de habitación y a ser un pez “lazarillo”.
Una Pareja Extraña
¿Te preguntas cómo funciona esta extraña combinación de dos criaturas tan diferentes? El gobio camarón tiene una visión excelente y reflejos rápidos. Utiliza sus aletas pélvicas como pedestal para apoyarse en la entrada de la madriguera, como un guardia de seguridad o un portero de una discoteca. A cambio de vigilar la puerta, el gobio camarón obtiene un lugar gratuito para vivir. El camarón ciego es un trabajador de la construcción obsesivo-compulsivo que esculpe y ordena incansablemente su madriguera. Saber que el gobio camarón lo respalda le permite al camarón ciego trabajar sin temor a ser comido. Es un ganar-ganar.
El gobio y el camarón ciego se comunican a través de señales químicas que los investigadores no comprenden del todo. Ambos también dependen en gran medida del sentido del tacto. Permanecen en contacto físico casi constante, y el camarón extiende una de sus largas antenas hacia el cuerpo del gobio camarón. El gobio mueve sus aletas de forma que indican “seguridad” o “peligro” al camarón. Cuando el gobio camarón señala peligro, la pareja se retira al fondo de la madriguera.
Cuando la costa está despejada, el gobio vuelve a proteger la puerta y el camarón emerge de su madriguera para ordenar o buscar comida. Hablando de comida, aquí hay otro dato sobre su relación: el camarón limpia al gobio de parásitos y retira sus excrementos. Que come. Sí, lo leíste bien. El camarón es un devorador de excrementos. Vaya amigo, ¿eh?
El camarón ciego fortifica la entrada de la madriguera con un escondite de pequeñas rocas y escombros de coral. Al anochecer, una vez que el gobio se instala en su hogar compartido, el camarón tira de algunos pedazos de escombros sobre ellos como si fueran una tapa de escotilla, con la esperanza de disuadir a las criaturas que cazan durante la noche.
Una Relación Mutuamente Beneficiosa
Los investigadores marinos llaman a su relación un ejemplo de simbiosis conocida como mutualismo, en la que los miembros de diferentes especies viven en proximidad y se benefician unos de otros. Alrededor de 130 especies de gobios camarones están asociadas con alrededor de 20 especies de camarones, la mayoría de las cuales se encuentran en el Indo-Pacífico y regiones adyacentes.
Existen ejemplos de mutualismo prácticamente en todas partes donde miremos. En el ámbito marino, la relación entre corales y zooxantelas es mutualismo. Lo mismo ocurre con el adorable pez payaso y su anémona huésped. Lo mismo ocurre con la relación entre el tiburón y la rémora. En la tierra, los pájaros, las abejas y las mariposas hacen su actividad mutualista volando de una planta con flores a otra, disfrutando de un sorbo de dulce néctar mientras sirven como socios polinizadores de las plantas. En su propio cuerpo, su bioma intestinal se mantiene saludable gracias a las bacterias beneficiosas que ayudan a la digestión. Todos son ejemplos del mutualismo en el que todos ganan.
The Ocean Metaphor of Mutualism
En Ocean Metaphor: En Lecciones de vida inesperadas del mar, que escribí junto con mi compañero de buceo y esposo Gui García, etiquetamos al gobio camarón y al camarón ciego como las “criaturas modelo” de la devoción. El concepto de devoción a menudo se considera en términos religiosos, haciendo referencia a las prácticas de oración de quienes adoran a una deidad en particular. El gobio y el camarón ciego ilustran una forma diferente de devoción, una en la que la lealtad hacia los demás y hacia un objetivo común beneficia a cada devoto.
Como la mayoría de los mamíferos, los humanos no estamos destinados a ser criaturas solitarias. Los Beatles lo dijeron mejor: «Salgo adelante con un poco de ayuda de mis amigos». Juntos hacemos mejores cosas, ya sea que nuestra devoción sea hacia un compañero querido, una familia o amigos cercanos, nuestros compañeros de buceo o nuestra comunidad en general. Al dedicar nuestra energía a las personas y las causas que son importantes para nosotros, mejoramos nuestras vidas y el mundo que nos rodea.
Quizás no necesitemos que alguien nos amontone piedras encima para poder pasar la noche sanos y salvos, pero todos nos beneficiamos de las relaciones personales cercanas: una mano amiga o un hombro en el que apoyarnos.
El mutualismo no es la única relación simbiótica que tiene lugar bajo las olas. Para obtener más información sobre la simbiosis en el mar, consulte el artículo “Simbiontes, parásitos, huéspedes y cooperación”
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