By: Oscar L. García

Ha llovido desde que convertí el buceo en mi profesión. He tenido la oportunidad de ver muchos estereotipos relacionado con los instructores de buceo y divemaster, he visto fotografías donde se presenta a un hombre musculoso con su botella de espalda, y la verdad me sentía intimidado, pensé que se esperaba mucho más de mí forma física.

Existe este tipo de estereotipos también por ejemplo con los bomberos, se espera de ellos la mejor forma física posible para el trabajo que desempeñan. Es evidente que ellos son realmente salvadores de vidas y los instructores de buceo somos personas que entrenamos a otros para hacer una actividad lúdica, pero olvidamos muchas veces qué es en un entorno hostil y que puede llegar a ser peligroso.

Nos deberíamos auto exigir la mejor opción forma física posible porque tenemos que velar por la seguridad de nuestros alumnos y clientes que muchos casos no ven el peligro que supone para un instructor no tener la preparación física adecuada.

El buceo se ha convertido en un deporte popular y es de agradecer, porque muchas personas han podido disfrutar de esta parte del planeta y es realmente enriquecedor conocer parte del 80% inexplorado de nuestro entorno, ahora hay muchos instructores de buceo de muchas agencias, podemos encontrar instructores de buceo de todas las etnias razas y credos pero desgraciadamente también, instructores de buceo en activo con una forma física deplorable, mucha gente obesa y en baja forma física que se dedica a enseñar a disfrutar y a sobrevivir en un entorno precioso pero peligroso, y esto es algo a lo que deberíamos poner remedio.

No se trata de ser un instructor de buceo super-deportista, simplemente se trata de un profesional con la forma física adecuada que pueda ofrecer seguridad a sus estudiantes que en caso de un imprevisto, él tendrá disponible la mejor versión de sí mismo para ayudarle en una situación comprometida.

Un buen instructor debe mantener como mínimo la forma física que le han exigido en su curso de instructor de buceo. Sé que a muchos de nosotros nos cuesta diseñar una estrategia de entrenamiento ya que pasamos muchas horas en el agua o en el aula con nuestros alumnos porque el buceo es una forma de vida para nosotros, pero hay un plus que se nos exige y debemos hacer lo necesario para conseguirlo.

Espero que cómo profesionales de la industria de buceo estemos a la altura de lo que se nos exige para la seguridad y también para nuestra calidad de vida, que podamos estar preparados para las contingencias que nuestro trabajo como formadores exige y a la vez una vida plena y saludable.

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